Amazonía Boliviana en alerta roja: un llamado urgente desde la COP30

Publicado: 17/11/2025

Redacción AJNAB: Nayra Vela - Organización: Juventud Consciente

Foto: Alianza Regional Amazónica para la Reducción de los Impactos de la Minería de Oro

Foto: Alianza Regional Amazónica para la Reducción de los Impactos de la Minería de Oro

Los bosques amazónicos de Bolivia representan uno de los ecosistemas más valiosos y vulnerables del planeta. Son hogar de una extraordinaria biodiversidad, reguladores climáticos esenciales y proveedores de agua, alimentos y medios de vida para cientos de comunidades indígenas y rurales.

Sin embargo, enfrentan crecientes amenazas: la expansión agrícola, la deforestación, los incendios recurrentes y la degradación que avanza con una rapidez alarmante. Proteger estos bosques no es solo una necesidad ecológica, sino una responsabilidad ética y humana, pues su pérdida tendría impactos irreversibles sobre el clima, la vida y la cultura de la región.

En el marco de la COP30, la Amazonía adquirió un protagonismo central como uno de los puntos críticos de la agenda global. Los países amazónicos, incluido Bolivia, llegaron con la premisa de que no se puede mantener el objetivo de 1.5°C sin acciones contundentes para detener la deforestación y restaurar los bosques.

Además, se posicionó la necesidad de transitar hacia modelos productivos sostenibles que no colapsen los ecosistemas. Desde la perspectiva boliviana, la COP30 abrió un espacio clave para visibilizar que los bosques son parte de la identidad del país y, al mismo tiempo, una trinchera ecológica que debe ser defendida con políticas robustas y financiamiento adecuado.

La discusión en la cumbre también puso sobre la mesa la urgencia de establecer mecanismos conjuntos entre los países de la región amazónica. La Amazonía, es un territorio continuo, un sistema vivo que no entiende de fronteras políticas, y por ello su protección exige una gobernanza compartida.

Se plantearon propuestas como sistemas unificados de monitoreo, acuerdos regionales contra la deforestación ilegal, fondos comunes para restauración y mecanismos articulados de alerta temprana frente a incendios. Sin este enfoque regional, los esfuerzos aislados pierden impacto y los problemas simplemente se desplazan de un país a otro.

Finalmente, el momento actual exige pasar del discurso a la acción. La COP30 dejó claro que la Amazonía boliviana y regional necesita respuestas inmediatas, estructurales y sostenibles. Además, de fortalecer la cooperación entre gobiernos, es indispensable incluir a los pueblos indígenas, juventudes, organizaciones locales y comunidades, que conocen el territorio y lo defienden cada día. Proteger los bosques amazónicos es proteger el futuro de la región y del planeta. La ventana de acción aún está abierta, pero se estrecha rápidamente; lo que se decida hoy será determinante para las próximas generaciones.

AJNAB - Agencia Juvenil de Noticias Ambientales Bolivia